Después de una dura jornada de triatlón compitiendo con monopatines, nadando 500 metros de modalidad libre, saltos acrobáticos (saltos normales para los padres asustadizos que imaginen saltos peligrosos) y un intenso y disputado partido de monitores contra campistas hemos terminado todos extenuados. Reina el buen ambiente, el buen tiempo, los buenos alimentos y sobre todo las mejores sonrisas de los atletas más guapos del planeta.